Thursday, August 02, 2007

Defensa del señor Luis Emilio Recabaren

Comenzaré la defensa del señor Luis Emilio Recabaren citando sus propias palabras,

La lectura es uno de los mejores medios de emancipación de las clases trabajadoras.
Por eso aconsejamos que lean mucho.”

Este señor ilustre en nuestro país pensaba en una liberación de la clase obrera y las mujeres de nuestro país. Luchó por ellos con todas sus fuerzas hasta su último día de vida.

Luis Emilio Recabaren creía en una igualdad total entre las personas, nadie era mejor que otro y que todos teníamos derecho a una vida digna.

No me explico señores como esta persona consiente de que la educación era el único proceso de liberar a la clase obrera sea enjuiciado el día de hoy.

También esta ilustre persona creía que la opresión femenina era un eslabón muy importante y que si estas se liberaban, liberarían consigo a toda la sociedad, cito de sus palabras:

“La mujer es la causa y la fuente del amor. Los hijos, la humanidad son los efectos de esa causa. Para que aspiremos a elevar la potencia humana al más alto saber y felicidad, es indispensable colocar, en primer lugar a la madre, a la mujer. Su cultivada educación debe ser el cuidado preferente de todos los que aman el progreso.”

El creía que llegarían a la libertad gracias a que el feminismo y el socialismo les ofrecían una puerta para conseguirlo.

Fundó varios periódicos para expresar la voz del pueblo, esa voz oprimida por los años que ansiaba alzarse entre las masas para ser escuchada y el único que intentaba que esto fuera real fue el señor Recabarren.

Entonces en vez de acusarlo ¿no se le debería dar las gracias por liberar al pueblo chileno?, ¿Por ver a la mujer con otros ojos?

Nunca tuvo problemas bélicos, para el la revolución era un problema de conocimientos y solo a través de ellos llegaríamos a ser libres, por lo cual no era un peligro social, sino una ayuda para esta.

Pero nosotros en vez de escucharlo, lo perseguimos como a un terrorista, como si tratara de armar una revolución por las armas, lo encarcelamos y expulsamos de nuestro país, país de todos, pudientes y obreros, nosotros mismos que reclamamos libertad y derechos igualitarios lo condenamos. No escuchamos la voz de los que lo apoyaban y necesitaban, los cuales lo eligieron diputado y lo proclamaron como candidato a la presidencia, esa voz de ahogo campesina la cual sosegamos e ignoramos.

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